Por: Diana Marcela Mur Veloza[1]
El aborto es la muerte de un ser humano existente desde la concepción,
consiste en su expulsión del útero en cualquier fase de su desarrollo pre-natal.
Como tal es un problema social que nos afecta a todos, no a la mujer con un embarazo
difícil o crítico. El aborto es una situación que se debe en gran parte a la
campaña del ‘SEXO SEGURO’ y el auge de
los ‘MÉTODOS ANTICONCEPTIVOS’.
Desde tiempos memorables, se ha implementado esta práctica que hace daño
y ataca el derecho a la vida, el derecho a nacer, el derecho a conocer y
aprender todo lo bueno y si, todo lo difícil que la vida tiene para cada ser
humano, pero que hace parte de la vida. Nada justifica esta práctica que ataca
al ser humano, y menos a ese que aún no se puede defender de la maldad del
hombre. Si bien el no nacido se encuentra en un estado total de indefensión,
tiene todos los derechos, incluido el derecho a vivir, pues de él se desprenden
todos los demás; y los seres humanos no son sujetos de derechos según su
capacidad para defenderse sino su humanidad.
Cabe preguntarse cómo es posible que filósofos como Platón y Aristóteles
apoyaran una acción tan aberrante. Según ellos, el feto se convierte en humano
a los 40 días de su concepción, si es hombre, y a los 90 días, si es mujer. En
oposición a esto, hoy hay razones suficientes para sostener que el feto es un ser
humano desde el mismo momento en el que es concebido y no días después. Desde
que el óvulo es fecundado ya estamos hablando de vida humana, es decir, de un
nuevo ser humano que tiene los mismos derechos que los demás, por su condición
humana.
En Roma al ‘NASCITURUS’ se le reconocía el derecho a nacer porque era un
individuo de la especie humana y hay que recordar que de los derechos humanos
son titulares todos los seres humanos, independientemente de su edad, estirpe,
condición, etc. ¿por qué ignorarlo en el siglo XXI hace miles de años así se
procedía?
Es inconcebible que en pleno siglo XXI haya quienes piensen que el feto
que tiene su origen en la unión de dos células humanas, no sea una de tal
especie, sino hasta transcurridas unas pocas semanas de embarazo, y que esta es
razón suficiente para terminar con su vida, aprovechando su inacabado
desarrollo.
¿Hasta dónde piensan llegar? El ser humano es humano desde que es
concebido. Los niños son la esperanza del planeta, por ellos se puede pensar en
un mejor mañana para todos. En vez de pensar en terminar con su vida y no
dejarlos disfrutar de todo lo que una vez los ya adultos disfrutaron, pensar en
cómo contribuir para que ese mejor mañana se haga realidad y no se convierta en
algo efímero y que se vaya con el aire.
¡Mujer! no pienses en acabar con la vida de tu hijo, no tienes el
derecho para hacerlo, él tiene sus propios derechos. Míralo como un ser
maravilloso que ha llegado a tu vida para hacerte feliz: verlo crecer,
compartir sus logros y ayudarlo a levantarse de sus caídas. Confía en tus
capacidades como mujer y como madre, verás que se puede salir adelante, que le
puedes dar a tu hijo lo mejor de ti.
Piénsalo muchas veces y llegarás a la conclusión de que es una decisión
que nunca deberías tomar, no permitas a ese macabro pensamiento pasar por tu
mente. Si le dices sí al aborto, la vida no te alcanzará para superar lo que
has hecho. No hagas algo de lo cual te arrepentirás más adelante y que no
tendrá remedio.
[1] Diana Marcela Mur Veloza, 24 años,
estudiante de último semestre de Licenciatura en Educación Preescolar.
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