A continuación narraré la historia de una familia a la que ante una complicación en el embarazo le propusieron el aborto, se buscó un segundo diagnóstico y hoy viven el bebé y la mamá. Los nombres y algunos detalles se modifican para conservar la intimidad de las personas. Del caso testifica quien escribe
Marina y José son una pareja de una ciudad de Colombia que tiene dos niñas, además del bebé de la historia y uno que perdieron. Esta pareja había sufrido la pérdida de una bebé hacía unos años porque los médicos a los 7 meses de embarazo decidieron inducir el parto y la bebé no sobrevivió. Esta pérdida había afectado mucho a Marina y a José como a su familia. Al fin y al cabo es un hijo, así muchos pretendan negar el síndrome post-aborto. Ante este nuevo embarazo se recupera un poco la esperanza por la pérdida de María Ángel su bebé que vivió unas pocas horas.
Recuerdo que la primera vez que vi a Marina ella se encontraba llorando y muy triste, su esposo José también padecía pero intentaba mantenerse fuerte. Los médicos de la EPS habían diagnosticado a Marina un "nick uterino" y que para tratar el "nick uterino" tenían que realizar una "interrupción voluntaria del embarazo". Lo que entiendo sobre un "nick" es que si el cáncer es 3, el "nick" es 2. No entiendo más porque no soy médico y para lo que me interesa relatar no vale la pena. Sin embargo, varias preguntas surgen a la vista ¿cómo un "nick" uterino se va a curar matando al bebé? Al fin y al cabo se practica el aborto y el "nick uterino" continúa en el útero. ¡Vaya médicos! Lo segundo es que eso de interrupción "voluntaria" no parecía ser la "voluntad" de Marina pues lloraba de tristeza de pensar que a su bebé le pasaría lo mismo que a María Ángel.
Ante eso llegó a nosotros, yo por curiosidad me encontraba en esa ciudad con Sofía que se dedica a apoyar mujeres en embarazo. Sí, hace lo que no hacen familias, muchos hombres (con claras excepciones como José) y el estado cuya mayor "ayuda" es matarle a su bebé. Una señora que conocía a Sofía vio llorando a Marina y a José y le recomendó que fueran donde Sofía. Sofía los acogió y allí fue donde los vi. La astuta e inteligente Sofía decidió que conocieran el diagnóstico de otro médico y fuimos allí con ellos.
Dentro de las ideas que Marina y José tenían en la cabeza y por las cuales son los médicos los que generaron esa confusión, es que habían entendido -y esto es un horror que los médicos no lo hagan así- que el bebé "se estaba alimentando del 'nick' e iba a nacer con éste". En mi ignorancia pregunto ¿cómo se puede contagiar algo que es como un cáncer? Bueno tanta difusión del cáncer genera dudas si no es contagioso, pero bueno, al fin y al cabo el cáncer -ni su hermano menor el nick- da por estar al lado de una persona con cáncer. Este nuevo médico les desmintió todos esos mitos y afirmó: "no se preocupe, yo puedo intervenirle el 'nick' aún durante el embarazo". Ese día le hicieron una ecografía a Marina y se vio que el bebé estaba bien. Cuando salimos de aquella cita, Marina y José estaban muy bien, estaban felices nos invitaron a un chocolate a las afueras del Centro Médico. Como se dice coloquialmente a Marina "le volvió el alma al cuerpo".
El caso es que el embarazo continuó, se hicieron los tratamientos pertinentes y nació Esteban y su madre Marina está viva y está bien. No se tuvo que acudir a la rechazada y no querida "interrupción voluntaria del embarazo". El parto fue muy difícil, Marina sufrió un infarto pero por amor a su hijo se recuperó. Esteban significa triunfador y es el coronado ganador que vino a alegrar la vida de su familia. Esteban es el consentido de sus dos hermanas, es la alegría de sus padres que ven en él la oportunidad de sanar el dolor de la pérdida de María Ángel.
Me volví a reunir con ellos meses después de haber nacido Esteban. Fue hermosa la recepción de su familia y la alegría que se veía en Marina y su esposo José. Conocer su negocio y como María Ángel, la bebé que murió, los inspira a trabajar y salir adelante, al igual que Esteban el triunfador que fue motivo de alegría y unidad para su familia.
Este es uno de tantos casos donde la mediocridad del aborto se extiende, donde los médicos mencionan la indeseada "interrupción voluntaria del embarazo" antes de dar verdaderos tratamientos y alternativas que, si bien son riesgosos, no implican matar al bebé dejando enferma la madre. Son muchos casos donde los médicos simplemente niegan a sus pacientes la verdad y la verdad que se dice desde 1951 es que:
"Cualquiera que lleve a cabo un 'aborto terapéutico' ignora los modernos métodos que se utilizan para tratar las complicaciones en el embarazo, o no desea tomarse el tiempo necesario para utilizarlos" R.J. Hafferman Médico de la Universidad de Tufts."
Este caso no es más que una historia de la vida de una familia común y corriente que da fe que existen verdaderos métodos para tratar complicaciones en el embarazo. Métodos que permiten que ambas vidas se salven, como pacientes que son madre e hijo.
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