viernes, 17 de diciembre de 2010

LA PROTECCIÓN A LA MATERNIDAD Y LA INFANCIA COMO LA LABOR PRO-VIDA POR ANTONOMASIA

No existe ninguna causa pro-vida eficiente si no se mezcla con garantía de los derechos de la madre embarazada y una activa solidaridad hacia ella. Por eso quisiera compartir con los lectores del blog el artículo GUÍA DE PROTECCIÓN A LA MATERNIDAD: A PROBLEMAS CONCRETOS, SOLUCIONES CONCRETAS. LA PROTECCIÓN A LA MATERNIDAD COMO UNA EXCELENTE ALTERNATIVA. En éste artículo se mencionan algunas propuestas solidarias de apoyo a la maternidad, la mujer embarazada en crisis y la infancia, de esas de las que los pro-abortistas se viven quejando, diciendo que nosotros no hacemos nada. Muy por el contrario, aparte de la muy "solidaria" alternativa del aborto ¿qué hacen los pro-abortistas por la mujer embarazada en crisis, por los niños de la calle, por la pobreza en general?

Frente al primero -la mujer embarazada en crisis- dudo que hagan algo, más aún si parten de una ideología de género, aquellos hipócritas se llaman "pro-choice" pero solamente de una "choice" la elección del aborto... Supe que los socialistas españoles se oponían a la protección a la maternidad porque "eso impedía elegir". En Colombia se sacan $36000 millones en recursos públicos para promover el aborto y ¿cuánto para la madre que legítima, natural y jurídicamente decide tener su hijo? Por otro lado, para que no molesten los pro-vidas no solamente comprendemos, sino que acogemos a las mujeres que han abortado. El proyecto esperanza de sanación post-aborto ¡es una forma de acoger y sanar a la mujer que ha abortado! ¿Qué hacen las pro-abortistas por las mujeres que han abortado? No lo sé, pero al menos veo que la soledad post-aborto es bastante fuerte.

¿Matarías a este?
Frente a la segunda, argumentan los y "las" abortistas que "traer niños a sufrir en este mundo", "tantos niños en la calle". Si tenemos niños sufriendo ¿qué hacemos para que no sufran? La propuesta abortista es, dejar que los actuales sigan sufriendo mientras matamos a los que potencialmente puedan sufrir antes de nacer. Es bastante contradictorio: "no queremos niños que sufran, por eso los descuartizamos en el vientre". La protección a la maternidad y a la infancia vuelve y aparece como la solución ¡apoyemos a las madres y a sus hijos! En el artículo se promueven algunas fundaciones que trabajan con niños de la calle, mujeres embarazadas en crisis y demás, tratando, estos sí, de disminuir el dolor en el mundo. Y es que si uno lo mira hasta desde una perspectiva utilitarista, el aborto no hace más que aumentar el dolor.

Y frente al tema de la pobreza el aborto no es, de ninguna manera, una solución. En economía el principio de especialización es esencial para el desarrollo de los pueblos, es así como, a mayor número de personas en una ciudad, más trabajo SÍ, pero una especialización potencial. En COLOMBIA PRO-VIDA: EFECTOS ECONÓMICOS DEL ABORTO EN LA SOCIEDAD. pueden consultarse los efectos económicos del aborto en la sociedad. Los abortistas -y mucha de su fundamentación ideológica- consideran al ser humano como un costo (estorbo), si es así ¿quién produce, cultiva, vende, distribuye y transporta lo que nos comemos todos los días? Debe ser por arte de magia... y eso sin contar con otros servicios. No niego que sea costoso trabajar por un hijo, pero para ello volvemos al punto anterior, PROTECCIÓN A LA MATERNIDAD Y A LA INFANCIA.

En fin, las anteriores son propuestas y soluciones a las reales y complejas situaciones que viven muchas madres, padres que pueden influir en una "solución" abortista. Es bueno que se piensen ya que algunas personas consideran que la protección a la maternidad no es un trabajo a favor del naciturus, bueno lo insisten, pero es que en el embarazo no nos interesa una persona, NOS INTERESAN LAS DOS O TRES, CUATRO...

Finalmente quisiera concluir respondiendo a la pregunta ¿por qué se trata de la labor pro-vida por antonomasia? La respuesta es simple, hacer política consiste en decir que no se maten bebés, apoyar a la madre en embarazo inesperado SALVA BEBÉS. 


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