miércoles, 6 de junio de 2012

¿El aborto nos hace libres y mejores mujeres?

Por: Danelia Cardona[1]

Es incomprensible como la Sra Thomas puede sentirse orgullosa de promover el aborto, un acto que ella misma menciona como irrepetible en su columna del 20 Noviembre de 2011 en El Espectador (“La Historia de mi Aborto”) y para refrescarle la memoria me gustaría citar dos extractos bastante gráficos, que transmiten el dolor que ella misma se ha negado durante años.

“…No me acuerdo cuánto tiempo necesitó para instalar la sonda en lo más profundo de  esta parte de mi cuerpo que no podía haber sido diseñada para semejante tortura”.

“Pero, claro, ya sabía que no volvería a abortar nunca más en mi vida. Esto lo viví una vez en la vida. No lo viviría dos. Hoy me sigo preguntando cómo una mujer puede abortar dos o tres veces e incluso más. Es una pregunta que bien vale mantener viva. Yo me lo pregunto sin juzgarla

Como mujer y profesional en salud mental, no entiendo como describe unas escenas tan desgarradoras donde el trauma de la experiencia vivida es palpable para luego sentirse orgullosa y afirmar que “Seis años en que las mujeres implicadas en este proceso de construir una Colombia incluyente no daremos un solo paso atrás y seguiremos, tercas e impacientes, abriendo el camino para que el hecho de nacer mujer no signifique más encontrarse con desventajas culturales que marquen a veces dramáticamente nuestro recorrido en la vida”.  Desde mi experiencia profesional donde día tras día atiendo a mujeres que padecen de algún trastorno mental dentro del contexto de un aborto, no creo que la Sra Thomas represente la verdadera opinión de la mujer colombiana. Lo más preocupante es la falta de coherencia en su argumento para apoyar y fomentar un procedimiento del cual claramente se arrepiente.

En Colombia el 15% de los abortos lo deciden los hombres, el aborto incrementa, en una cultura machista, la paternidad irresponsable, fomentando aún más el machismo. 

Finalmente, debe destacarse que las secuelas emocionales y psiquiátricas posterior al aborto dejaron de ser un mito como lo afirma el meta-análisis publicado por el British Journal of Psychiatry en Septiembre de 2011: Un estudio que define cuantitivamente (no cualitativamente) el riesgo de desarrollar trastornos emocionales posterior a un aborto, estimado en 81% según los 22 estudios internacionales de 7 países que se revisaron, donde se incluían 871,188 mujeres, de las cuales 163,831 habían abortado.  Además,  un estudio de Nueva Zelanda estableció que hay un mayor riesgo de aborto espontáneo e inducido para mujeres víctimas de violencia intra-doméstica, con casi el doble de riesgo para aborto inducido.

De otra parte, quisiera recordarle a Thomas y todas sus amigas que ningún tribunal internacional de derechos humanos reconoce el aborto como un derecho, mucho menos un derecho fundamental. Lo que si establecen los tribunales internacionales de derechos humanos es el derecho a la no discriminación y la no violencia contra la mujer. En este país, por mujeres que expresan ideologías incoherentes, como estas “feministas de avanzada”, son cada día más las mujeres que sufren violencia a través del aborto.

En conclusión, hoy es una verdad científica demostrada que el aborto destruye a la mujer, a la sociedad y al ser humano por nacer. Por esto es muy lamentable que en nuestro país, por culpa de las ideologías incoherentes que se presentan como “feministas de avanzada” y su lobby poderoso, cada día más las mujeres colombianas sufran la violencia destructiva del aborto.




[1] MD MRCPsych  Médico Psiquiatra